Tomada durante la noche de año nuevo bogotana en 1956, esta fotografía captura a dos mujeres vestidas de abrigo recorriendo la ciudad. Caicedo aprovecha la luz de las vitrinas para iluminar a las caminantes, capturando no solo las retratadas, sino también la actividad comercial de una Bogotá que se presenta como moderna y cosmopolita. El cartel en el lado izquierdo de la fotografía así como el letrero en luz neón que se vislumbra en el fondo, hablan de una inminente modernidad en la Bogotá de mediados del siglo XX.
En esta fotografía Caicedo captura desde el exterior de la calle, una escena en el interior de una tienda de una ciudad. La escena principal está enmarcada por la puerta de la edificación y en ella se ven dos personas sentadas: un hombre de traje, corbata y sombrero que se contrapone con el perfil de una mujer vestida con ropa más tradicional. La oscuridad de la noche contrasta con la luz interior de la tienda creando un ambiente de misterio en una escena de la vida cotidiana que el fotógrafo captura como si fuera un voyeur.
Dos caminantes aparecen de espaldas en el centro de la imagen tomada en Bogotá a las 11:36 pm como lo indica el reloj a la derecha de la imagen. La fotografía remite al ambiente de una película de cine negro, en donde el uso de sombras y claroscuros es prominente y ayuda a crear dramatismo en la escena. La oscuridad de la noche contrasta con la luz que emanan los letreros de publicidad y que nos hablan de una ciudad netamente moderna.
En esta fotografía, Caicedo captura una escena de un mercado nocturno, ubicado probablemente en la carrera 7 durante en un diciembre bogotano. La decoración con girnaldas del mercado da pistas sobre la época del año (ca. 1955). La escena juega con el contraste de luces producido por la oscuridad de la noche en contraposición a la luz artificial de la publicidad y las luces de los puestos del mercado.
En esta escena Caicedo captura a dos mujeres mirando algo por fuera de la composición de la fotografía mientas sostienen un paraguas que las protegene de la lluvia. En la parte posterior se ven los rostros de dos hombres jóvenes lo que nos indica que quizá están en medio de mucha más gente. Caicedo juega con la composición de la fotografía dando protagonismo a las mujeres en el primer plano y aprovecha los constrastes de luz que produce la noche para iluminar la escena.
Tomada en el centro de Bogotá, en plena plaza de Bolívar, Caicedo consigue crear una escena que parece extraida de una película de cine negro. La fuente de luz no es visible en la misteriosa escena en donde el fotógrafo nos presenta a un hombre prendiendo un cigarrillo en medio de la noche bogotana. El tamaño de las columnas del edificio del Rongreso de la república contrasta con el tamaño del hombre. Además sirven al fotógrafo para enmarcar la escena dejando ver en el fondo un pedazo de la catedral.
