La Vieja Guatavita inundada, 1967. En septiembre de 1967 la cabecera municipal del pueblo de Guatavita fue inundada para la regulación de volúmenes de agua del río Bogotá. La inundación de Guatavita, antigua capital religiosa de los Muiscas, en cuya laguna celebraban la más pomposa de sus ceremonias que dio origen a la leyenda del Dorado, supuso un suceso que conmocionó la conciencia colectiva de la Colombia de fines de la década de los sesenta. Caicedo registró con mucho detalle este suceso y fue a través de su lente que gran parte de los colombianos se acercaron con asombro a este peculiar hito histórico.
Esta imagen es una captura misteriosa del agua sobre un vidrio de un carro en contraste con la silueta de un hombre mojándose.
Danzando sobre la lluvia. 1965.
Mini vendedor de paraguas, s.f.
Y camina sobre las aguas, 1978
Invierno en la ciudad, Bogotá, 1960.
Invierno e inundaciones al sur de Bogotá, marzo 24, 1979. La lluvia constituye uno de los motivos estéticos mayormente favorecidos en la fotografía de Caicedo. A su registro, él se aproximó no sólo bajo las convenciones del modernismo fotográfico, sino además bajo una conciencia social que, como en esta fotografía, produjo imágenes en las que el contraste entre maestría técnica y objeto de registro es su marca más distintiva.
Multiplast, 1979, Engativá, Bogotá. Caicedo encontró en la lluvia uno de los marcadadores simbólicos más importantes en la creación de su imaginario visual de Bogotá. En sus imágenes de una ciudad constantemente inundada es posible leer un espacio urbano de contrastes en el que pueden convivir la extrema belleza junto a la más profunda desigualdad
La lluvia fue uno de los temas predilectos de Caicedo. En esta foto captura a un bogotano solitario debajo de un paraguas. El contraste de la silueta del hombre junto al árbol que lo acompaña y el reflejo producido por la lluvia hacen de esta fotografía una imagen casi que icónica de una sitación cotidiana en Bogotá.
Caicedo fotografiaba desde las ventanas de su oficina en el periódico El Tiempo a los bogotanos atravesando los ríos de agua que se formaban en el paisaje urbano de la ciudad cuando llovía.
